martes, 27 de julio de 2021

El adjetivo y el adverbio

 

El adjetivo y el adverbio

El adjetivo es la parte variable de la oración que acompaña al sustantivo, expresa una cualidad del mismo y concuerda con él en genero y número; funciona en la oración como núcleo del predicado nominal o atributo y como complemento de un sintagma nominal, y puede ser expecificativo, cuando delimita o concreta la cualidad (Monta en el caballo blanco), o explicativo cuando la indica solamente (Monta en un caballo blanco).

Muchos adjetivos pueden expresar la cualidad del sustantivo en grado positivo (Mi caballo es blanco); comparativo de igualdad (Mi caballo es tan blanco como el tuyo), de inferioridad (Mi caballo es menos blanco que el tuyo) o de superioridad (Mi caballo es más blanco que el tuyo) y superlativo absoluto (Mi caballo es muy blanco. Mi caballo es blanquísimo) o relativo (Mi caballo es el más blanco de todos).

Los adjetivos son palabras que modifican a los nombres sustantivos, determinándolos o calificándolos: nuevos aviones; cielo azul; este libro.

El nombre sustantivo tiene una significación muy extensa: hombre abarca a todos los hombres; pero si digo hombre grueso o este hombre, restrinjo la significación de hombre, calificándolo ( grueso) o determinando a qué hombre me refiero ( éste).

Todas estas palabras que reducen, precisan o concretan la extensión indefinida del sustantivo se llaman "adjetivos"

En su Gramática de la Lengua Española dice Emilio Alarcos: "Se separan los adjetivos calificativos y los adjetivos determinativos, y entre los últimos se agrupa una serie de unidades designadas como demostrativos, posesivos, numerales, indefinidos y relativos. El criterio seguido para esta clasificación discernía, en primer término, entre los contenidos de "cualidad" y "determinación", mezclando las consideraciones semánticas (o más bien referenciales) y las propiamente funcionales." Y añade más adelante: "Tanto las determinaciones como las calificaciones no son más que nociones atribuidas a los objetos mentados por los sustantivos, y por ello, unas y otras delimitan la extensión con que se enfoca el contenido propio del sustantivo (esto es, la aplicabilidad de su referencia). No califica más un adjetivo "calificativo" como blanco a un objeto designado por un sustantivo, ni lo determina menos que un adjetivo "determinativo" como aquel. La diferencia entre uno y otro adjetivo no reside en lo gramatical, sino que estriba en el hecho de que sus respectivos significados atañen a zonas de la realidad diversas (en blanco, el "campo del color", y en aquel, el "campo de la situación"). En ambos casos (paño blanco o aquel paño) se delimita con el adyacente adjetivo el objeto a que nos referimos de entre todos los posibles de la de la misma clase (ni paño negro o azul, ni este o ese paño)."

Es, por tanto, nota esencial del adjetivo la de acompañar y modificar el sustantivo. misma clase (ni paño negro o azul, ni este o ese paño)."

Es, por tanto, nota esencial del adjetivo la de acompañar y modificar el sustantivo.

Actualmente, muchos gramáticos consideran que los adjetivos determinativos forman una clase de palabras o parte de la oración, que recibe el nombre de determinantes, entre cuyas clases, además de los citados demostrativos, posesivos, numerales, indefinidos y relativos, se incluyen los artículos, los distributivos, los interrogativos y los exclamativos.

El adverbio

El adverbio es la parte invariable de la oración que modifica la significación del verbo, del adjetivo o de otro adverbio. Algunos adjetivos se apocopan (Tanto, tan), otros se forman con adjetivos y el sufijo -mente (malamente) y otros admiten diminutivos (cerquita) y grados (muy cerca, cerquísima, tan cerca como).

Las locuciones adverbiales son grupos de palabras que funcionan como adverbios (a lo mejor, tal vez)

Los adverbios y las locuciones adverbiales pueden ser de lugar (abajo, aquí, en medio…), de tiempo (hoy, pronto, con frecuencia…), de cantidad (muy, poco, al menos…), de modo (así, bien, a escondidas…), de afirmación (si, también, sin duda…), de negación no, jamás, de ningún modo…), interrogativos (dónde, cuándo, cómo…) y de duda (acaso, quizás, tal vez…)

Los adverbios son palabras que modifican a los verbos (El tren marchaba rápidamente), a los adjetivos (Eran unos animales terriblemente feroces) o a otros adverbios (Juan vive muy lejos).

ALGUNAS NORMAS PRÁCTICAS DE REDACCIÓN PARA EL ADJETIVO Y EL ADVERBIO

1. Del adjetivo

A) CONCORDANCIA DEL ADJETIVO. Un solo adjetivo puede referirse a varios sustantivos. ¿Debe ponerse en plural o en singular, concordando con el más próximo? Predomina la concordancia en plural: "Geografía e Historia americanas"; pero también se puede decir "Geografía e Historia americana". Cuando los sustantivos son de distinto

género, entonces el adjetivo se pone en masculino y plural o en masculino singular.

EJEMPLOS:

Son necesarios mucho dinero y mucha paciencia.

Es necesario mucho dinero y mucha paciencia.

Esta concordancia específica del adjetivo masculino cuando acompaña a un sustantivo masculino y a otro femenino ("un hombre con pantalón y chaqueta negros") es, a nuestro juicio, una consecuencia -una repercusión gramatical- de lo que los filósofos llaman "cultura masculina" o concepción masculina de la Historia. Concepto éste que choca ya en un mundo en el que la mujer se equipara casi por completo al hombre en sus derechos, deberes y capacidad jurídica y laboral. En un mundo, pues, no femineizado, sino que ha dejado de ser preferentemente masculino, sería lógico pensar en la posibilidad de modernizar esta vetusta regla de la concordancia del adjetivo cuando acompaña a un sustantivo masculino y otro femenino. Aun a sabiendas de que, precisamente  por esa "cultura masculina", se producirán confusiones, nos atreveríamos a sugerir la regla siguiente:

Cuando uno de los sustantivos a que se refiere es masculino y el otro femenino, se tendrá en cuenta para la concordancia la situación o proximidad entre el término primario y secundario. Así, por ejemplo, se diría: "claveles y rosas rojas" o "rosas y claveles rojos". Es decir, que la concordancia estaría determinada por la proximidad del adjetivo al sustantivo.

El adjetivo concordaría con el sustantivo más próximo. Y se diría: "aquel hombre llevaba una chaqueta y un pantalón rojos" o" ... un pantalón y una chaqueta rojas".

B) COLOCACIÓN DEL ADJETIVO. Las lenguas germánicas, por regla general, anteponen el adjetivo al sustantivo: "un negro caballo", en vez de "un caballo negro". Hay autores que defienden esta colocación diciendo que, al anteponer el adjetivo "negro", imagino primero la idea de color para adjudicarla inmediatamente al caballo. En cambio, posponiendo el adjetivo, pienso primero en el caballo para adjudicarle después el color. Y como el color más corriente en el caballo no es precisamente el negro, sino el castaño, resulta que -según esta opinión- la posposición del adjetivo en este caso exige un doble esfuerzo mental.

Quienes así opinan, olvidan que la operación mental por la que imagino "un caballo negro" es instantánea. No hay tiempo para imaginar primero el color y luego el animal al que se aplica. Tan rápida es dicha operación que no hay lugar para estas disgresiones bizantinas. Con la misma razón podríamos argüir que, al decir "un negro caballo", imagino primero a "un negro" -confundiéndolo con un hombre de color-, para después tener que desglosar la idea primera y aplicarla a un caballo. Todo esto no es más que una disección mental, psicológicamente falsa.

• En español, el adjetivo antepuesto al sustantivo atrae la atención sobre la cualidad a que dicho adjetivo se refiere: bello paisaje.

El adjetivo pospuesto es el que nos dice cómo es el objeto para distinguirlo de otros: caballo alazán y caballo blanco.

• Recuérdese también que, a veces, la idea varía según la colocación del adjetivo: un pobre hombre y un hombre pobre; un hombre grande y un gran hombre; noticia cierta y cierta noticia.

C) AGLOMERACIÓN DE ADJETIVOS. Es muy importante evitar la aglomeración innecesaria de adjetivos de análoga o similar significación.

EJEMPLO:

Notorio y manifiesto; ilustre y preclaro; bello y hermoso ...

(Azorín ha dicho: "Si un sustantivo necesita de un adjetivo, no lo carguemos con dos. El emparejamiento de adjetivos indica esterilidad de pensamiento. Y mucho más la acumulación inmoderada.")

D) ABUSO DEL ADJETIVO. Wolfgang Kayser recuerda que hay tres clases de adjetivos: "caracterizador u objetivo" (vertiente escarpada, mesa redonda), "afectivo o ex normativo" (las palabras aladas, el pobre muchacho) y el que se usa como "fórmula" (el hondo valle, el verde soto, el anchuroso mar).

"Algunos escritores -dice Marouzeau- abusan de la facilidad que les ofrece el inagotable material de los adjetivos y apenas si dejan un sustantivo sin calificación". Y añade: "La · multiplicación de los epítetos raramente sirve para reforzar una impresión. Dicha multiplicación, a menudo, dispersa y cansa la atención". Es decir, que resulta contraproducente.

EJEMPLO:

Sus bellos ojos esmeralda, su mirada clara, profunda, escrutadora, su color de trigo maduro, su pelo reluciente y negro, su nariz recta, fina y orgullosa, sus labios gruesos, rojos, su cuello esbelto, etc., etc.

La figura que así se intenta dibujar se pierde, se esfuma, entre la nebulosa de adjetivos que, como los árboles, no nos dejan ver el bosque.

Y es el propio Marouzeau quien cita aquella frase de Voltaire: "el nombre y el adjetivo son enemigos mortales", o aquella otra afirmación del poeta francés Paul Valéry:

"El epíteto ha perdido valor; la inflación de la publicidad ha reducido a nada la potencia de los adjetivos". El poeta chileno Vicente Huidobro, en su poema Arte poética, dice: "el adjetivo, cuando no da vida, mata".

E) REACCIÓN NOMINAL. "El epíteto -escribe Dauzat en Le génie de la langue francaise- caracteriza cada día más al lenguaje periodístico -donde su facilidad lo impone a la redacción rápida- y al lenguaje burocrático que lo cultiva por tradición. En la literatura ha surgido una clara reacción, con una vuelta a la construcción nominal.

Primacía para el sustantivo que expresa la idea y designa el objeto de modo más pleno, más neto. Bien elegido, el sustantivo puede ser suficiente, liberado del epíteto inútil".

"Con razón --continúa Dauzat- los escritores reaccionan contra el abuso de las formas superlativas y adverbios que se sobreañaden al adjetivo: esa exageración del lenguaje, a la que nuestra época tanto se inclina, con el abuso de lo "formidable", de los calificativos y cuantitativos, debe ser perseguida bajo todos sus aspectos".

F) ADJETIVOS INEXPRESIVOS. Evítense los adjetivos inexpresivos, que no dicen \ nada nuevo. Son éstos los que algunos gramáticos llaman términos vacíos porque se pueden aplicar a cualquier cosa o hecho.

EJEMPLOS:

Una tarde maravillosa.

Un espectáculo lindo.

G) VARIEDAD DE ADJETIVOS. Es frecuente "encariñarse" con algún adjetivo que resulta cómodo y del que se abusa sin medida. No es raro encontrar personas para las que todo es estupendo, o maravilloso o magnífico ... Este es un vicio que conviene vencer, sobre todo al escribir.

En resumen, las principales virtudes de la adjetivación son la variedad, la propiedad y la riqueza. Los vicios son: la monotonía, la vaguedad y la pobreza.

2. Del adverbio

A) NORMA GENERAL. Aunque la colocación del adverbio en la frase española es muy libre, como norma general, debe ir lo más cerca posible de la palabra que modifica.

EJEMPLOS:

Canta maravillosamente.

Se expresa correctamente.

Sin embargo, dice Criado de Val, "Cuando se antepone, su valor es menos concreto que si aparece en segundo lugar: BIEN está, indica una determinación menos precisa que está BIEN".

El adverbio se coloca en primer lugar -afirma Marouzeau- si aporta una determinación vulgar, corriente, de tipo calificativo: suficientemente cocido; convenientemente pagado. Se pone en segundo lugar (se pospone) si contiene una determinación precisa, cuya definición interesa: llegar inopinadamente; actuar cristianamente.

B) ADVERBIOS DERIVADOS EN "MENTE". Esta facilísima forma de transformar adjetivos en adverbios (mansa, mansamente) tiene el inconveniente de la monotonía y de la cacofonía, producidas por el abuso de estos sufijos en "mente". Cuando los adverbios modales de este tipo son consecutivos, se aplica la terminación en "mente" sólo al último.

EJEMPLO:

Vivíamos tranquila y holgadamente.

Este defecto puede subsanarse utilizando otras palabras como adverbios. Por ejemplo: si suprimimos el sufijo "mente", podemos decir, en vez de "se expresa muy oscuramente", "se expresa de un modo muy oscuro". O también: "pronuncia claro", en vez de "pronuncia claramente."

 

 

Ejercicios

A) Señale los adjetivos de las siguientes frases.

EJEMPLO:

La miel es dulce.

l. Una piedra cayó desde el alto puente y se incrustó en una vieja choza.

2. Un autobús grandísimo irrumpió de pronto por las soleadas calles del pequeño pueblo.

3. Un tren corriente suele llevar hasta diez vagones amplios y cómodos.

4. La vieja bicicleta, mohosa y muy usada, se partió por el cuadro cuando el hombre gordo dejó caer sobre los escuálidos hierros su pesada humanidad.

5. El coche más pequeño, el de la carrocería roja, es más veloz que el coche grande amarillo.

B) Indique los adverbios de las frases siguientes y las palabras a que modifican.

EJEMPLO:

Andrés "lee" bien, "escribe" mal y "cuenta" despacio (bien, mal y despacio modifican, respectivamente, a "lee", "escribe" y "cuenta").

1. Entonces, el alpinista, sepultado entre la nieve, gritó jubilosamente cuando vio claramente la luz que le llegaba poco a poco por una hendidura muy estrecha.

2. El agua, al humedecer continuamente el techo de la casa, amenazaba con hundir completamente la humilde casucha.

3. El señor Pérez ha llamado nuevamente para recordar que se le envíe definitivamente el libro solicitado.

4. El pescador contempló calladamente su barca averiada ... Después desapareció rápida y silenciosamente.

5. El tierno croar melancólico de las ranas formaba el fondo permanente de calma en la gran noche de calor. Los dos caminaron en silencio; no había ya necesidad de hablar.

C) Intercale en las siguientes frases estos adjetivos:

Acóplelos, según su significado, en el lugar marcado con puntos suspensivos. Si es necesario, varíe el género y el número.

EJEMPLO:

Es un niño muy despierto.

l. Le alojaron en un ... hotel.

2. Aspiraba al primer puesto después de un ... examen.

3. Permanecieron reunidos en un ... salón.

4. No pudo llevar a cabo sus ... sueños.

5. Pudo dominar su mal humor observando un ... silencio.

6. El presidente llegó a un ... automóvil.

7. El padre trajo del Japón un ... regalo.

8. La señora del gerente es ...

9. El día de su santo envió a su mujer un ... recuerdo.

10. El ambiente de la ciudad era ...

11. Se han eliminado las complicaciones gracias a contar con un ... director.

12. En Madrid abundan las chicas ...

D) Intercale en las siguientes frases estos adverbios y frases adverbiales:

Escriba el adverbio o frase adverbial más apropiados para cada frase en el lugar de los puntos suspensivos.

EJEMPLO:

Nos divertimos mucho en la fiesta.

l. Yo suelo venir a este café ...

2. He puesto la mesa delante de la ventana y el cuadro lo he colocado ...

3 .... todo se reduce a corregir lo escrito.

4. He comido ... ; siento pesadez de estómago.

5. No lo haré ... , dijo el niño arrepentido.

6. Pude entrar ... por la estrecha abertura.

7 .... , se oyó un enorme estampido.

8. Ha recitando la lección ...

9. No soy un parroquiano asiduo; sólo vengo ...

10 .... , tenga usted cuidado con las emanaciones de los gases.

11. Ya me parece que he hecho ... por ti.

12 .... comer me cepillo los dientes.

13. Luis vino al colegio ... rápidamente.

14. Ha conseguido un color ... bonito.

15. Cuelgue la campana con una cuerda ... fuerte.

16. González salió de la prueba ... airosamente que Martínez.

17. El profesor expuso, ... rápidamente como pudo, su tesis.

18. Sea en su conversación ... discreto.

19. El tren llegó ... temprano que el autobús.

E) En las frases que van a continuación falta uno de los adverbios o frases adverbiales siguientes:

Escriba el adverbio a frase adverbial más apropiados por cada frase y en su lugar adecuado.

EJEMPLO:

Llegó, después de tanto esperar ("por fin" es la frase adverbial que falta al principio de este ejemplo).

l. en todo su discurso, el orador combinó las palabras

2. es un gran técnico; resolvió el problema de los transportes

3. los asesinos pagan sus maldades

4. te portaste mal; tiraste la piedra

5. fue un gasto superior a lo que en principio se pensó

6. hoy no vamos a tu casa; mañana iremos

7. vaya usted; aquí hay mucho tráfico

8. dormitaba arrellanado en un sillón del despacho

9. si caminamos los veremos mejor

10. vive porque tiene inmensas riquezas

11. la visita fue recibida

12. se está haciendo tarde; nos tendremos que marchar a casa

13. pedía limosna vestido

14. pasear es bueno para la salud; debemos hacer este ejercicio

15. yo creo que come; está delgado

16. se comieron las manzanas que robaron a Pedro

17. los que estaban en la sala llegaban a dos docenas

 

F) Indique los adjetivos, adverbios y frases adverbiales que hay en el siguiente texto:

"El niño, entre tanto, ha volcado una caja a su alcance y se concreta en los juguetes así desparramados: piezas educativas ensamblables moldeadas en plástico de colores, bichitos de trapo, un tentempié con cascabeles y un caballito basculante que le compró el viejo y obtuvo gran éxito inmediato. Luego cayó en el olvido infantil y en ese momento resulta ser de nuevo el objeto preferido, para regocijo del viejo, que se sienta junto al niño y empieza a susurrarle:

-¡Pues claro que conmigo no se puede! ¿Qué se han creído esas dos? ... La Anunziata es buena mujer, Brunettino, y te quiere a su manera de solterona, pero no se entera de nada, como tus padres ... Se creen que no quieres mis brazos y es lo contrario: gracias a que yo te he entendido y te achucho desde que llegué vas ganando  seguridad. Te haces hombre a mi lado, y, claro, te atreves a más, angelote mío; a pisar el suelo y a moverte.

Así viene ocurriendo en las dos últimas semanas. Brunettino muestra su creciente afán por ampliar su campo de experimentación. Cuando se sienta en la cuna y le entregan juguetes, acaba tirándolos fuera enérgicamente y los señala: no para que se los devuelvan, como antes pretendía, sino para que le coloquen entre ellos. Incluso a veces se aferra a la barandilla de la cunita y se asoma de un modo que obliga a estar pendiente para que no bascule por encima y se caiga al suelo."

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