¿Qué es la
filosofía?
Querida Sofía. Muchas personas tienen
distintos hobbies. Unas coleccionan monedas antiguas o sellos, a otras les
gustan las labores, y otras emplean la mayor parte de su tiempo libre en la práctica
de algún deporte.
Aunque a mí me interesen los caballos o
las piedras preciosas, no puedo exigir que todos los demás tengan los mismos intereses que yo. Si sigo con gran interés
todas las emisiones deportivas en la televisión, tengo que tolerar que otros
opinen que el deporte es aburrido.
¿Hay, no obstante, algo que debería
interesar a todo el mundo? ¿Existe algo que concierna a todos los seres
humanos, independientemente de quiénes sean o de en qué parte del mundo vivan?
Sí, querida Sofía, hay algunas cuestiones que deberían interesar a todo el
mundo. Sobre esas cuestiones trata este curso.
¿Qué es lo más importante en la vida? Si
preguntamos a una persona que se encuentra en el límite del hambre, la
respuesta será comida. Si dirigimos la misma pregunta a alguien que tiene frío,
la respuesta será calor. Y si preguntamos a una persona que se siente sola, la
respuesta seguramente será estar con otras personas.
Pero con todas esas necesidades
cubiertas, ¿hay todavía algo que todo el mundo necesite? Los filósofos opinan
que sí. Opinan que el ser humano no vive sólo de pan. Es evidente que todo el mundo
necesita comer. Todo el mundo necesita también amor y cuidados. Pero aún hay
algo más que todo el mundo necesita. Necesitamos encontrar una respuesta a
quién somos y por qué vivimos.
Interesarse por el por qué vivimos no
es, por lo tanto, un interés tan fortuito o tan casual como, por ejemplo,
coleccionar sellos. Quien se interesa por cuestiones de ese tipo está
preocupado por algo que ha interesado a los seres humanos desde que viven en
este planeta. El cómo ha nacido el universo, el planeta y la vida aquí, son
preguntas más grandes y más importantes que quién ganó más medallas de oro en
los últimos juegos olímpicos de invierno.
La mejor manera de aproximarse a la
filosofía es plantear algunas preguntas filosóficas:
¿Cómo se creó el mundo? ¿Existe alguna
voluntad o intención detrás de lo que sucede? ¿Hay otra vida después de la
muerte? ¿Cómo podemos solucionar problemas de ese tipo? Y, ante todo: ¿cómo
debemos vivir?
En todas las épocas, los seres humanos
se han hecho preguntas de este tipo. No se conoce ninguna cultura que no se
haya preocupado por saber quiénes son los seres humanos y de dónde procede el
mundo.
En realidad, no son tantas las preguntas
filosóficas que podemos hacernos. Ya hemos formulado algunas de las más
importantes. No obstante, la historia nos muestra muchas respuestas diferentes
a cada una de las preguntas que nos hemos hecho. Vemos, pues, que resulta más
fácil hacerse preguntas filosóficas que contestarlas.
También hoy en día cada uno tiene que
buscar sus propias respuestas a esas mismas preguntas. No se puede consultar
una enciclopedia para ver si existe Dios o si hay otra vida después de la
muerte. La enciclopedia tampoco nos proporciona una respuesta a cómo debemos
vivir. No obstante, a la hora de
formar nuestra propia opinión sobre la
vida, puede resultar de gran ayuda leer lo que otros han pensado.
La búsqueda de la verdad que emprenden
los filósofos podría compararse, quizás, con una historia policíaca. Unos
opinan que Andersen es el asesino, otros creen que es Nielsen o Jepsen. Cuando
se trata de un verdadero misterio policíaco, puede que la policía llegue a
descubrirlo algún día. Por otra parte, también puede ocurrir que nunca lleguen
a desvelar el misterio. No obstante, el misterio sí tiene una solución.
Aunque una pregunta resulte difícil de
contestar puede, sin embargo, pensarse que tiene una, y sólo una respuesta
correcta. O existe una especie de vida después de la muerte, o no existe. A
través de los tiempos, la ciencia ha solucionado muchos antiguos enigmas. Hace mucho
era un gran misterio saber cómo era la otra cara de la luna. Cuestiones como
ésas eran difícilmente discutibles; la respuesta dependía de la imaginación de
cada uno. Pero, hoy en día, sabemos con exactitud cómo es la otra cara de la
luna. Ya no se puede «creer que hay un hombre en la luna, o que la luna es un
queso.
Uno de los viejos filósofos griegos que
vivió hace más de dos mil años pensaba que la filosofía surgió debido al
asombro de los seres humanos. Al ser humano le parece tan extraño existir que las
preguntas filosóficas surgen por sí solas, opinaba él.
Es como cuando contemplamos juegos de
magia: no entendemos cómo puede haber ocurrido lo que hemos visto. Y entonces
nos preguntamos justamente eso: ¿cómo ha podido convertir el prestidigitador un
par de pañuelos de seda blanca en un conejo vivo?
A muchas personas, el mundo les resulta
tan inconcebible como cuando el prestidigitador saca un conejo de ese sombrero
de copa que hace un momento estaba completamente vacío.
En cuanto al conejo, entendemos que el
prestidigitador tiene que habernos engañado. Lo que nos gustaría desvelar es
cómo ha conseguido engañarnos. Tratándose del mundo, todo es un poco diferente.
Sabemos que el mundo no es trampa ni engaño, pues nosotros mismos andamos por
la Tierra formando una parte del mismo. En realidad, nosotros somos el conejo
blanco que se saca
del sombrero de copa. La diferencia
entre nosotros y el conejo blanco es simplemente que el conejo no tiene
sensación de participar en un juego de magia. Nosotros somos distintos. Pensamos
que participamos en algo misterioso y nos gustaría desvelar ese misterio.
P. D. En cuanto al conejo blanco, quizás
convenga compararlo con el universo entero. Los que vivimos aquí somos unos
bichos minúsculos que vivimos muy dentro de la piel del conejo. Pero los
filósofos intentan subirse por encima de uno de esos fines pelillos para mirar
a los ojos al gran prestidigitador
.
¿Me sigues, Sofía? Continúa.
Sofía estaba agotada. ¿Si le seguía? No
recordaba haber respirado durante toda la lectura.
¿Quién había traído la carta? ¿Quién,
quién?
No podía ser la misma persona que había
enviado la postal a Hilde Møller Knag, pues la postal llevaba sello y
matasellos. El sobre amarillo había sido metido directamente en el buzón, igual
que los dos sobres blancos.
Sofía miró el reloj. Sólo eran las tres
menos cuarto. Faltaban casi dos horas para que su madre volviera del trabajo.
Sofía salió de nuevo al jardín y se fue
corriendo hacia el buzón. ¿Y si había algo más?
Encontró otro sobre amarillo con su
nombre. Miró a su alrededor, pero no vio a nadie. Se fue corriendo hacia donde
empezaba el bosque y miró fijamente al sendero.
Tampoco ahí se veía un alma.
De repente, le pareció oír el crujido de
alguna rama en el interior del bosque. No estaba totalmente segura, sería
imposible, de todos modos, correr detrás si alguien intentaba escapar.
Sofía se metió en casa de nuevo y dejó
la mochila y el correo para su madre. Subió deprisa a su habitación, sacó la
caja grande donde guardaba las piedras bonitas, las echó al suelo y metió los
dos sobres grandes en la caja. Luego volvió al jardín con la caja en los brazos.
Antes de irse, sacó comida para Sherekan.
De vuelta en el Callejón, abrió el sobre
y sacó varias nuevas hojas escritas a máquina. Empezó a leer.
ACTIVIDAD
No voy hacer ninguna pregunta, tu vas a
escribir un ensayo sobre lo que entendiste y luego me lo explicas en un video.
Ojo, cuando pido video y ensayo hay que
hacerlos ambos, pues si solo mandas el ensayo te califico el 50% y si solo
mandas el video igual, la actividad son los dos.
Plazo de entrega 11 de mayo
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