La vida gris
Nunca ocurrió vida más insípida y mediocre que la de Roberto. [DAPA2] Se deslizó por el mundo inadvertidamente, como una gota de lluvia en medio de la tormenta, como una nube que navega entre las sombras. No tuvo una emoción fuerte, ni una aventura imprevista, ni una calamidad sonora, que coloreara la página blanca de su vida. Todo en él fue blando, suave, entregado con mesura, vivido sin contrastes. No fue lo suficientemente bruto para sentir felicidad de no pensar en nada, ni lo bastante inteligente como para sufrir la angustia de saber más. Ni serio ni jocoso, ni bueno ni malo, ni estéril ni imaginativo, era como el agua tibia, como un árbol sin savia, como una sonrisa sin expresión.
Ni siquiera un rasgo de su semblante fue
llamativo u original. De mediana estatura, de complexión delgada, sus ojos
carecían de potencia, como una lámpara mal encendida, y su voz era de un tono
tan vulgar como corriente era el color de sus cabellos.[DAPA3]
Su[DAPA4] presencia no era ansiada ni evitada, pues
no poseía aquella parquedad desagradable, ni era tan parlanchín que fastidiara[DAPA5] . Saludaba, hablaba de cosas banales, decía
lo que cualquiera otro hubiera podido decir, y se alejaba sin haber comunicado
ninguna novedad, sin haber despertado ningún efecto. No se notaba su presencia en el grupo de
sus amigos cuando asistía, ni se reparaba en su ausencia cuando faltaba[DAPA6] . No poseía ninguna particularidad notable
que lo definiera, pues no sabía cantar, ni contar chistes, ni decir piropos. A todos les
era indiferente, y por todos pasaba desapercibido[DAPA7] . No se sabía que le gustaba, a qué era
aficionado, cuáles eran sus ideales, pues a nadie le interesaba preguntárselo,
y el tampoco se afanaba en referirlos.
Cuando se encontraba con un
conocido en la calle, conversaba sobre temas generales, sin profundidad ni
elegancia, sin hablar de sí mismo ni incurrir por el destino del otro, como
quien observa una fórmula social; y al despedirse, seguramente que su
interlocutor se olvidaba que acababa de sostener una conversación.
Jamás alguien le consultó una opinión ni
le pidió un consejo[DAPA8] ; ni tuvo un amigo más amigo que otros, ni
un apodo cariñoso que exagerara alguno de sus rasgos. Nada en él llamaba la
atención; todo en él era gris y normal, sosegado y neutro, limitado y barato.
Sus exámenes no fueron brillantes que despertaran envidia, ni desastrosos que
produjeran risas. Sus notas eran treces y catorces.
A no ser que lo vieran, no vivía
en la conciencia de nadie. No se recordaba de él, alguna opinión audaz o algún
silencio elocuente, alguna pose elegante o alguna actitud gallarda. Lo que él
hacía pronto se olvidaba, como se olvidaban todas sus palabras que sólo el
viento guardó.
Siendo de la clase media no tuvo lindos juguetes; pero no le faltaron los soldados
de plomo, ni el carro de cuerda. De este modo no lo impresionó el gozo de la
abundancia, como tampoco lo contristó el dolor de la escasez.
No hizo viajes largos que dejaran en su memoria recuerdos de paisajes, ni
tuvo muchos parientes, ni lo quisieron mucho sus padres.
De su infancia, pues, no tenía nada que contar[DAPA9] .
No siendo vehemente ni tampoco apático vivió un sentimentalismo moderado;
hubo mujeres hacia las cuales se sintió atraído, pero nunca trató de
discriminar la naturaleza de esta atracción. A ninguna cayó simpático, pero
también por ninguna fue odiado. Y el aceptó esta diferencia serenamente,
creyéndola normal, sin sentirse herido en su vanidad, ni vulnerado en su amor
propio.
Su cultura era mediana. Como todo muchacho había leído a Verne, a Dumas y a
otros escritores de folletín; pero, de seguro, no sabría qué autor le había
gustado más, o qué personaje le inspiraba más simpatía. No se preocupó nunca en
señalar sus predilecciones literarias.
En el colegio no se apasionó por ningún curso; estudiaba sin curiosidad,
sin emoción, como si cumpliera un deber natural, un mandamiento; y en su
memoria guardaba paletadas de nombres y de fechas que jamás trató de ordenar o
rememorar. Lo vivido era para él inservible.
Cuando
abandonó el colegio no lo extrañó[DAPA10] , y al enfrentarse a la vida no sintió más
leve intranquilidad. Sin inclinaciones personales siguió la carrera que le
designó su padre, y por ella andó [DAPA11] paso a paso, sin fastidio, pero tampoco sin
entusiasmo.[DAPA12]
Poco filósofo, no se hizo ningún
problema de su existencia, ni jamás se preguntó para qué vivía. No experimentó
la delicia de navegar en alas de la metafísica, ni el terror de enfrentarse a
los problemas de la religión. No tuvo una posición ideológica definida, ni
ideas motoras que lo arrastraran hacia una meta; todo lo contempló sin la
curiosidad del artista ni la emoción del poeta: con la indiferencia del
burgués.
Las circunstancias de su vida
contribuyeron a fomentar su medianía. Sin haber nacido en una ciudad
prestigiosa no podía enorgullecerse de su origen; mas, como no había venido al
mundo en un caserío, era injusto avergonzarse de su cuna. No descendiendo de
una familia rica, no llamó la atención por su fortuna; pero como tampoco era
pobre, no pudo impresionar por su miseria.
La fecha de su nacimiento no
coincidió con ninguna conmemoración famosa, ni fue su nombre de pila un nombre
original o inaudito, ni tuvo su apellido un rumor rancio de nobleza.
No siendo su padre un personaje
notable, se vio privado de toda responsabilidad familiar; más, como tampoco
descendía de un reo, no tuvo ningún complejo que ocultar.
El único hecho prominente de su vida,
fue un terminal que agarró en el sorteo de Fiestas Patrias: obtuvo quinientos
soles. Era justo que esto sucediera en su existencia: de lo contrario su vida
habría sido tan absolutamente mediocre, que se hubiera convertido en un caso
interesante, excepcional de mediocridad , y en consecuencia hubiera dejado de
ser mediocre, puesto que ya era interesante.[DAPA13]
Al recibir su título de profesional, no
rindió una tesis brillante que hiciera estremecer al viejo jurado de emoción;
pero tampoco sostuvo una idea estúpida que mereciera un total disentimiento.
Por otro lado tampoco resbaló en la alfombra al ir a recibir su grado, ni volcó
tinta en su diploma, ni ocurrió algún incidente de esta naturaleza, que
confiriera a la ceremonia, ya que no es un aspecto solemne, por lo menos un
viraje cómico[DAPA14] .
Y mientras la placa dorada con su nombre y profesión iba perdiendo su
brillo, y mientras su cabeza iba encaneciendo, sus días pasaban unos detrás de
otros, siempre iguales, siempre insípidos, como duplicaciones, como las páginas
de un libro.[DAPA15]
Roberto no se casó. De haberlo hecho,
su vida habría tenido ya un motivo de ser, y quedaría justificada su
existencia. Pero él fue absolutamente contingente, completamente inútil al
mundo; ni siquiera tuvo descendientes.[DAPA16]
Y por fin murió. Pero hasta su muerte
fue vulgar, pueril, y antipoética. No se cayó de un quinto piso, ni lo arroyó
un tranvía, sólo una tos invernal y por no cuidársela se le complicó con los
bronquios, luego con la pleura, y rebotando de complicación en complicación,
dio en la tumba, un miércoles de fin de mes.[DAPA17]
Fueron a su entierro algunos
colegas, por solidaridad profesional. Tuvo pocas flores y ninguna lágrima. No
le pusieron lápida, y justo al mes, un tío suyo le pagó una misa, a la que
asistieron tres personas.
Después, se le olvidó por
completo. Nadie lo recordó con ternura, nadie lo evocó con afecto. No se le
citó en ninguna conversación, ni se lamentó con sinceridad de su muerte, ni le
rezaron por las noches.
Fue una vida inútil, rotunda, implacablemente inútil.[DAPA18]
Tomado de: La palabra del mudo
(Seix Barral, 2010)
[DAPA1]Lo
primero que hay que hacer es averiguar quién es el autor.
Entra a Internet y averigua su biografía (Nombre, de
donde es, año de su nacimiento, en que año nació, en que año murió, que obras
ha escrito, cuál es su importancia.
[DAPA2]La
primera frase o el primer párrafo te avisa sobre de qué va a tratar el cuento.
Hace una introducción que te prepara para interesarte por el tema. El primer
párrafo de toda lectura debe leerse con mucha atención para que sepas de que va
a tratar el tema y si te interesa o es sobre el tema que estás investigando.
[DAPA3]En
este párrafo describe la fisonomía del personaje para que te formes una idea de
su físico y puedas representarlo mentalmente para seguir con la lectura, es
decir, le pone rostro.
[DAPA4]En
los párrafos siguientes describe o cuenta la historia, o desarrolla el tema a
tratar, por lo tanto debes utilizar el lápiz y subrayar lo que consideres
importante, ojo, lo que consideres importante, lo demás lo lees y lo guardas en
la mente.
[DAPA5]Yo
subrayaría esta frase.
[DAPA6]También
subrayaría esta
[DAPA7]Esta
también.
[DAPA8]La
subrayar´´ia para notar que era un ser al que nadie le daba importancia
[DAPA9]Fíjate
en este párrafo donde cuenta como fue la infancia del personaje.
[DAPA10]Su
paso por el colegio
[DAPA11]Revisa
la conjugación de este verbo este verbo, en el diccionario.
[DAPA12]Ten
en cuenta éste párrafo ya que narra cómo fue su adolescencia
[DAPA13]Ojo
con esto, fue lo más importante que ocurrió en la vida de éste personaje
[DAPA14]Su
paso por la universidad
[DAPA15]Su
vida como profesional.
[DAPA16]Su
vida familiar
[DAPA17]Cómo
murió y de qué murió
[DAPA18]Este
final tiene una conclusión que resume la vida de Roberto
[DAPA19]Terminada
la lectura hay que releer los subrayadas para refrescar en la mente el texto
leído.
[DAPA20]Ahora
debes contarme con tus palabras y sin mirar el texto, como era Roberto, como
fue su infancia, su adolescencia, su paso por el colegio y la universidad.
Si fue buen o mal profesional.
Cómo murió.
Le aportó algo a la sociedad?
Por qué crees que fue tan mediocre?
La atención y dedicación al estudio pudo cambiar su
vida?
En qué párrafo supiste el nombre del personaje.
Tú eres como Roberto o no? ¿Por qué?
Te gustó la historia?
Por qué te gustó?
Qué aprendiste de ella?
No olvides mencionarme una pequeña biografía del autor
con los datos que te dije investigaras en la Internet.
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