Cualquier Gramática elemental nos da suficientes reglas de puntuación. No obstante, conviene recordar aquí las principales, para que esta breve teoría nos ayude en la resolución de los casos prácticos.
Cabe hacerse la siguiente
pregunta: ¿En realidad,
hay reglas para
puntuar? Porque, la verdad
sea dicha, leyendo
a los buenos
escritores, se observan
diferencias de puntuación:
éste pone "'punto" donde
aquél escribe ''coma" y ése
"punto y coma"... ¿Qué hacer entonces?
He aquí nuestra respuesta: A pesar de que la puntuación sea materia un tanto elástica, conviene tener en cuenta las susodichas reglas y adaptarlas luego a nuestro temperamento. Lo que no puede hacerse en modo alguno es de preciarlas en absoluto. Estos, pequeños signos -puntos y comas-, intercalados en la escritura, son a modo de hitos que ayudan a nuestra mente a, seguir el pensamiento del que escribe. Pruébese, por ejemplo, a suprimir. en una página literaria todo signo de puntuación. Inténtese después, la lectura : Comprobaremos que cuesta gran trabajo seguir el hilo del discurso
Con esta experiencia basta para
convencernos de la
necesidad de los puntos y las comas. Ahora bien, como dice Azorín, " la
puntuación tiene una
base· más ancha que la decisión
personal, que el capricho
del escritor. Esa base es
la psicología. El estilo es la psicología; no puede uno tener el estilo
que quiere. No basta decir: Yo voy a
poner punto y coma
donde los demás
ponen punto. Y voy a poner punto
donde la generalidad de las gentes ponen punto y coma.
a)
La coma
La coma
tiene dos usos principales:
1- Separar
elementos análogos de
una serie, sean
palabras, frases u oraciones.
EJEMPLOS:
Ufano, alegre, altivo, enamorado.
Ni tú Jo crees, ni yo lo creo,
ni nadie lo cree.
2- Separar elementos
que tienen carácter
incidental dentro de la
oración:
EJEMPLOS:
Buenos Aires, la capital, es una ciudad muy
populosa.
El, entonces, se detuvo.
Yo, si me lo proponen, lo acepto.
Obsérvese que se hubiera podido
decir, en los ejemplos anteriores: " Bueno Aires es una ciudad populosa"; ''El
se detuvo"; "Yo
Jo acepto " .
Se
han añadido aquellas palabras,
frases u oraciones
explicativas (subrayadas en
los ejemplos), que, suprimidas, no
alterarían el sentido de la oración.
EJEMPLOS':
Colón, que era genovés, descubrió
el Nuevo Mundo.
Napoleón acabó sus días, me parece, en la isla de Santa Elena.
NOTA.- A veces,
cuando el sujeto de la
oración es muy largo, se separa con una
coma de los otros
elementos constitutivos de
la oración —verbo y complemento—
para facilitar la “respiración” de la frase. Así: “Los gallos, las gallinas,
los, patos y otros animales de la granja, despertaron al unísono".
Es imprescindible el uso de la
coma después del vocativo. Así, no tiene el mismo sentido decir: "Juan
entra en seguida" —aquí afirmamos que Juan entra—, que escribir: "Juan,
entra en seguida". En este caso
llamamos a Juan —vocativo— diciéndole que entre.
Es interesante aclarar el
uso de los
términos explicativo y
determinativo. No es lo mismo
escribir: "El piloto mareado
no pudo dominar el avión", que
''EI piloto, mareado,
no pudo dominar el avión".
En el primer caso determinamos cuál era el piloto que no pudo dominar el
avión, decimos cuál de los pilotos era. En el
segundo caso explicamos, con un inciso, entre comas, que el piloto no
pudo dominar el avión porque estaba mareado.
Lo mismo puede decirse de una
oración, según sea subordinada explicativa o determinativa. En el primer caso
—oración incidental— irá entre comas; en el segundo, no.
EJEMPLOS:
Los niños, que estaban en el
patio, echaron a correr.
En este caso, la expresión
"que estaban el patio" es un inciso explicativo que nos dice dónde
estaban los niños que echaron a correr. Es oración incidental y va entre comas.
En cambio, si escribimos:
"Los niños que estaban en el patio echaron a correr", se determina o
afirma que solamente echaron a correr los niños que estaban en el patio. Es una
precisión, no una explicación. No es, pues, oración incidental y por eso va sin
comas.
En las oraciones elípticas hay
que poner coma en el lugar del verbo omitido.
EJEMPLOS:
Manuel era simpático; Pedro,
antipático.
Se ha omitido el verbo
''era" en la segunda oración, lo cual se indica mediante una coma.
A veces se usa la coma para
separar oraciones enlazadas por la conjunción "y", en los casos en
que pudiera haber confusión.
EJEMPLO:
A Pedro le gustaba el trabajo, y
el ocio lo consideraba absurda.
En este caso, se ha puesto una
coma para precisar el sentido; sin este signo, parecería que "A Pedro le
gustaba el trabajo y el ocio".
EJERCICIOS
En los párrafos siguientes se ha
omitido la coma. Coloque este signo donde crea que deba ir. Los demás signos de
puntuación son correctos.
1. Esta hermandad este sacrificio
de los jefes este desprendimiento de los oficiales y soldados ha sido la
victoria: la victoria de Bilbao decisiva en esta guerra. Aquí en las aguas de
este río empezó a hundirse el enemigo.
2. Se quitó frente al tocador
eI sombrero de fieltro negro que seguía haciendo un
buen papel a
pesar de tener dos temporadas y cambió1rápidamenteI su traje de chaqueta por un vestido de casa.
3. La primera impresión que tuve de la ciudad de Lisboa fue
un poco desconcertante. Me habían hablado mucho de su incomparable belleza, de
su carácter cosmopolita y cuando me vi allí rodeado de empinadas calles pisando
aquel singular y oscuro empedrado tan resbaladizo para el que no está
acostumbrado a él observando cómo algunos comerciantes en pleno centro de la
población extendían sus géneros a las puertas del establecimiento... Debo
confesar que me sentí un tanto desconcertado y pensé: "pero ¿esto es
Lisboa?" Sin embargo, esta primera impresión duró bien poco. A medida que
fueron pasando los días y me fui compenetrando con aquel ambiente tan amable y
acogedor y fui conociendo mejor la ciudad entonces comprendí que los
portugueses sientan orgullo por su capital un orgullo que se compendia en este
dicho popular: "El que no vio Lisboa no vio cosa buena".
4. La atmósfera esto
es la capa de aire que
envuelve la Tierra es
tan necesaria que sin ella
no vivirían los
hombres los demás
animales ni las plantas.
5. Una vida sencilla de austeridad casi monástica; una mesa
un piano una pequeña biblioteca con los libros preferidos y unos cigarrillos de
tabaco picado que él mismo preparaba antes de la cena. Le gustaba fumar a ratos
sueltos, sobre todo cuando leía.
Plazo máximo de entrega de las
respuestas: 22 de febrero de 2021
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